FIN DEL MUNDO MEXICANO: PERO NO EL DE LOS MAYAS
Una visita al set de filmación de Machete kills, la secuela de Machete de Robert Rodríguez, le enseñó el inicio de un nuevo mundo al escritor mexicano Sergio Avilés: el de la dirección cinematográfica.
15 de febrero de 2013

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Una visita al set de filmación de Machete kills, la secuela de Machete de Robert Rodríguez, le enseñó el inicio de un nuevo mundo al escritor mexicano Sergio Avilés: el de la dirección cinematográfica. Pese a estar relacionado con la carrera de Guillermo Arriaga, su amigo y compañero de andanzas, no conocía de cerca la dirección, hasta que se le ocurrió incursionar en una nueva forma narrativa: escribir y dirigir una historia centrada en el mito mexicano del momento, el fin del mundo anunciado por los mayas para diciembre de 2012.
El cine suele mostrarnos fines de mundo catastróficos con asteroides, explosiones o zombis, y un natural temor infundado, pero muy pocas veces con humor, como lo ha hecho Avilés con Fin del mundo, un corto de 25 minutos en el que un par de personajes decide disfrutar el último día del mundo sin pensar en consecuencias ni daños secundarios.
Avilés recurre al humor como una de sus herramientas conocidas en la escritura, demostrado en su libro Me enamoré de una cucaracha, para presentarnos la historia del último día de Azucena, interpretada por la actriz argentina Lorena Meritano, cuando decide confesarle sus sentimientos al hombre del que está enamorada y con quien habla por Twitter: el padre Francisco, caracterizado por el actor de teatro Manuel Fernández. Azucena y el cura se encuentran en una cuenta regresiva entre detenerse o arriesgarse.
"En lugar de un impacto en la tierra o un caos, quise hacer una historia más personal, sobre qué sería lo último que querían hacer mis personajes: una hermosa mujer adulta y un sacerdote serio y contrariado, quien a pesar de no creer en el fin del mundo, se siente responsable de que los feligreses lo crean y quieran dar un cambio radical en sus vidas, así sea de último minuto. A mí me divirtió mucho hacer esta historia que se presta a la reflexión, aunque es algo medio fantástico que no está apegado a la realidad completamente"
Hacer una comedia surgió de la respuesta a preguntas como "¿Qué quiero hacer el último día de mi vida?" y "¿Cómo quiero pasar el último día del mundo?" pero siempre con un propósito definido: promocionar su tierra, la ciudad de Saltillo en el estado de Coahuila. Una ciudad colonial con más de 400 años, con edificios hermosos, más de 300 días de sol al año, una historia cultural muy vasta y cuna de importantes acontecimientos musicales. Además, como cábala, siguió los pasos de Robert Rodríguez, quien filmó su primer éxito El mariachi al norte de Coahuila.
La idea de hacer un homenaje a su ciudad y mostrar algunos de sus espacios hizo que el proceso de preproducción fuera muy afortunado. "El alcalde de Saltillo, Jericó Abramo Masso, nos otorgó todos los permisos necesarios para filmar, consciente del valor que tiene el cine como vehículo de promoción turística y de los valores de nuestra gente, y ahora se está creando una comisión fílmica en Coahuila. Además, la historia del noreste mexicano es campo fértil para narrar historias que no estén centralizadas en el DF"
Por el momento, Fin del mundo está en los últimos detalles de postproducción, enfrentando uno de los pasos más comprometedores: lograr acuerdos con derechos de autor de canciones clásicas mexicanas como "Bésame mucho" de Consuelito Velásquez, "Presentimiento" de Emilio Pacheco y "Me caíste del cielo" de Cornelio Reyna, fundamentales para la banda sonora.
El resultado tiene muy satisfecho al escritor-director, quien cuenta con el apoyo de Guillermo Arriaga en la producción y espera mostrar su corto en festivales como los de Guanajuato y Acapulco. Además, confía en que Lorena Meritano, con amplia audiencia en Argentina, Colombia y Miami, le dará visibilidad internacional.
"Más allá de lo que decían los mayas, nosotros mismos estamos acabando con el mundo. Somos responsables de detener la contaminación, el exceso de armas y la sobrepoblación para que las generaciones futuras puedan disfrutar de este hermoso planeta. El fin del mundo es muy personal; comienza donde amamos"
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