LIBRE CAÍDA
La sangre fría crea una laguna en la calle. En ella se ve el reflejo de las nubes pasar de oeste a este, no hace falta ver al cielo para saber que es un amanecer oscuro.
Feed de narrativa, fundado por Javier Miranda-Luque (1959 - 2023) y editado actualmente a seis manos (desde Buenos Aires, Barcelona y Caracas), por los caraqueños diasporizados Luis Garmendia y Quim Ramos, y el caraqueño sin diasporizar (¿por ahora?) Mirco Ferri, cuya idea es la de postear textos propios y de autores invitados. ¡Bienvenido cada par de ojos lectores que se asomen a estos predios!
La sangre fría crea una laguna en la calle. En ella se ve el reflejo de las nubes pasar de oeste a este, no hace falta ver al cielo para saber que es un amanecer oscuro.
Tengo los pantalones mojados, gotean de las rodillas para abajo. La señora que está sentada al lado, en el cincuenta y tres, trata de alejarse lo máximo posible de mí.
Hace trescientos años, un grupo de poetas, astrofísicos y curanderos cumaneses se congregaron en las faldas del cerro Quetepe para fundar la Oficina de Correcciones Divinas.
–Taxi, caballero; -¿Cuánto me cobra hasta el tercer piso, maestro?
El viejo llevaba años empeñado en fruncir el ceño como si ese gesto fuera su última herencia.
Nadie nota mi olor. Son vomitados por el ascensor y se mueven como ratoncitos por los pasillos hasta llegar a sus escritorios.
Y piensa por primera vez en mediar entre ambos, se asombra de este pensamiento y lo anega trayéndole el café a la cama.
Solo cinco familias de pescadores dieron vida a El Agüero; por ello, el caserío resultaba como un clan que había hallado refugio junto a la desembocadura de uno de esos ríos que nacen en el valle y se disparan a hacia el norte para medir las profundidades del golfo.
Desamparado y gruñendo dormido, estiró los brazos y busco un cuerpo al cual prenderse.
Érase una vez un joven llamado Axel, el cual, desde pequeño, leía. Desde pequeño, estudiaba. Desde pequeño, sabía.