LA PERIFERIA DE TOTO AGUERREVERE
Escribir para que el país no esté de mal humor Que un libro lleve tres ediciones, más de 3 mil copias vendidas en menos de dos años, que se ubique en los anaqueles de cadenas de librerías que tienen sedes en todo el país (Tecni-Ciencia, por ejemplo), en Venezuela –donde no es fácil vender libros-es sin duda, un éxito editorial.
30 de abril de 2012

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Escribir para que el país no esté de mal humor Que un libro lleve tres ediciones, más de 3 mil copias vendidas en menos de dos años, que se ubique en los anaqueles de cadenas de librerías que tienen sedes en todo el país (Tecni-Ciencia, por ejemplo), en Venezuela –donde no es fácil vender libros-es sin duda, un éxito editorial.
3 mil contra los 60 mil que vendió Sangre en el Diván de Ibéyise Pacheco, no le resta la hazaña a Toto Aguerrevere, quien con un ingenio auténtico y el humor como bandera, se "coleó" en la lista de los venezolanos más leídos, y no por el morbo que movió hasta a los que jamás se han leído un libro, sino por una prosa cotidiana en la que los lectores se encuentran y se ríen de él y de sí mismos.
Son varios los méritos que Juan José –Toto-, además de saber narrar cuentos simples de la vida real, reunió con la edición, publicación y venta de Cuentos de sobremesa (2010). Primero, convertirse en un "todero" editorial, al ser el autor, editor, distribuidor, monta carga, cobrador y relacionista público de su libro. Y luego, el hecho de ser un bloguero popular en la "blogósfera" venezolana, quien decidió llevar al papel una buena selección de los cuentos que, basados en las situaciones cómicas de su entorno, alimentaban su blog, y merecieron ser publicados en un libro.
Al autodefinirse como un "buhonero intelectual", no tener ningún tipo de pretensiones literarias, manifestar que escribe porque quiere un país que no esté de mal humor, Toto, el bloguero, se sitúa en una periferia no geográfica de la escritura caraqueña: No es escritor de oficio, ni de actitud, ni de costumbres. Pero a fin de cuentas, escribe historias y vende libros.
Toto asegura que le da muchísima pena ser considerado un "escritor" y prefiere la función de "bloguero" porque es lo que se le da mejor, escribiendo lo que a él le gustaría leer sobre la vida misma. Escribiendo anécdotas bañadas en cultura pop americana y aderezadas con la locuacidad de la gente que lo rodea.
Tiene una fascinación por contar situaciones con humor para darle un respiro al lector en medio del horror y las tensiones de la realidad venezolana. Por eso agrupó cuentos de conocidos, de su casa, de oficios, de relaciones, de sus credos. Cuentos de sobremesa, al fin.
En casi 200 páginas podemos leer sobre la auténtica venezolaneidad en Un pueblo chévere; costumbres familiares en Diez mantras paternos que le arruinan la convivencia a los hijos o El santo patrono de los encargos, o conocer la trascendencia de "la comae Josefa" en su vida y sus anécdotas, en La fuga del fogón; preguntas que forman parte del acervo cultural del venezolano en ¿Quién le corta la pollina a Lila Morillo?; ritos urbanos de la "high class society" nacional en Sifrino de pura cepa no dice "más fiiiino"; o emblemas caraqueños como Mystic River.
¿Cómo fue esa experiencia de llevar el blog a un libro?
Fue un proceso muy inocente. Soy la persona con menos motivación para los negocios que conozco. Una amiga le vio potencial comercial al blog y me sugirió convertirlo en un libro para venderlo entre los amigos. Por eso lo editamos nosotros, pues jamás se nos ocurrió que una editorial estaría interesada en situaciones caraqueñas que no hablaran sobre violencia o drogas, sino de cuentos típicos de una sobremesa familiar. El proceso de crear 50 historias –algunas sacadas del blog, otras no- fue emocionante pero me dejó extenuado. Recuerdo que lo comencé en julio y lo saqué a la venta en noviembre. ¡Nada recomendable!
¿Cómo es visto por los escritores-intelectuales venezolanos que un bloguero tenga éxito vendiendo libros?
Vendí 3 mil copias de Cuentos de Sobremesa. Yo no sé si eso es un éxito o no, pero a mí me llena de orgullo porque todo lo hice yo solo. Lo que me encantó fue que la gente lo compartió en familia y lo hizo suyo porque se identificó con alguna situación. Hay cuentos para todas las edades y cada quien tiene un cuento favorito. Esa era la intención. Lo que nunca me esperaba fue el éxito que tuvo entre los expatriados. Recibieron el libro de manos de gente que lo compró en Venezuela y para ellos significó una pequeña ventanita de nostalgia con humor.
Ahora, sobre la opinión de los escritores-intelectuales venezolanos con respecto a los blogs, tendrás que preguntárselos a ellos. No me corresponde a mí contestar esa pregunta pero jamás en mil días pensaría yo que soy su competencia ni que le llego a los talones.
Después del libro, ¿qué le hace poner el mismo empeño en lo que escribe en el blog? ¿Cómo es el vínculo escritor-lector?
Yo creo que es el mismo empeño de siempre. Quizás el estilo haya cambiado un poco o me reserve algunas historias para desarrollarlas en un nuevo libro, pero el blog es mi casa de té y lo visito cuando quiero divertirme. El vinculo escritor-lector es de amistad pero de respeto a su espacio en los comentarios. Ahí pueden decir lo que quieran, pues a fin de cuentas yo también estoy haciendo lo mismo. No suelo comentar sobre sus comentarios porque me parece que eso es de ellos. Ahora, si me escriben un correo siempre respondo.
¿Cree que la "literatura caraqueña" es un círculo cerrado?
No sabría decirte, como te dije, yo me considero bloguero, no escritor formal. Pero la obra Blue Label/Etiqueta Azul de Eduardo Sánchez Rugeles no salió precisamente de un círculo cerrado de los autores de siempre, y mira el éxito que ha tenido. Si existe ese círculo, entonces yo me coleé por unos momentos y no me di cuenta. Pero los tequeños estaban buenísimos.
Un buhonero con caché
La tarjeta de presentación de Toto Aguerrevere dice que es un "buhonero intelectual". Para alguien que se graduó en dos carreras universitarias (Derecho y Estudios Liberales), esto significa "vivir sin tener un trabajo convencional", poder trabajar en lo que le gusta sin limitarse a una sola área y es por eso que es profesor, traductor, columnista de las revistas Clímax, Urbe Bikini, Etiqueta, así como del sitio web runrun.es ; es guionista del programa Erika Tipo 11, de Erika de La Vega, y conduce una sección llamada como su libro, Cuentos de Sobremesa, en el programa de Marianela Salazar en la emisora La Nueva Mágica. No deja por fuera de su currículum los oficios de bloguero en http://www.totoaguerrevere.com, y twittero en @totoaguerrevere, claro está. "Poder hacer todo esto no es más que ser un buhonero con caché. No es una actitud contra nadie en específico. Más bien es contra la costumbre de 'estudia, cásate, ten tres hijos, trabaja en algo toda tu vida, retírate, muérete'. Hay gente a la que le funciona eso de maravilla. Yo quisiera ser esa gente. Pero a mí eso no me hace feliz."
Toto dice haberse inspirado en gente que entendió que un trabajo convencional no iba con su personalidad y arriesgó una estabilidad por una creatividad que los compensara económicamente. Otro hecho que en medio de la crisis venezolana, se le apunta como un mérito.
En su blog las publicaciones son frecuentes. Y en cuanto a libros, anunció que ya tiene en la cabeza un segundo tomo de Cuentos de Sobremesa, mientras trabaja en la producción de una colaboración que hará con tres comediantes venezolanos para un libro de corte juvenil.
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