Hace trescientos años, un grupo de poetas, astrofísicos y curanderos cumaneses se congregaron en las faldas del cerro Quetepe para fundar la Oficina de Correcciones Divinas; esta entidad, que se acerca a su tercer décimo demilenio, se dedica a enmendar pequeños desperfectos de la creación y a otras tareas relacionadas con la expansión cósmica . De igual modo, la oficina se hace cargo de múltiples tareascorrectivas en la gestión del Todo que son identificadas luego deculminar las temidas auditorías del universo; revisiones que suelen indicar la necesidad del reencendido de enanas blancas o del exterminio de civilizaciones que debieron haberse extinguido; ambas son tareas por las cuales pugnan los funcionarios de la oficina al ser ligeras y muy amenas de cumplir.

Con puntualidad centenaria, la agencia entrega al Creador un balance del cosmos que incluye un registro de estrellas que nacen o explotan fuera de tiempo, agujeros negros que cambian de color , civilizaciones que destruyen sus planetaso excesos del libre albedrío, rasgo que los auditores consideranel mayor e incorregible error de la creación.