Lupanar
No son todavía las once de la mañana y Berta se mueve con pesadez por el pasillo, rebotando con ambas manos de las paredes. Respira dificultosamente con la boca abierta, emitiendo un pitico sistemático, forte, fortísimo. Suda desde la frente hacia abajo, marcando su dilatada trayectoria con gruesos goterones salinos que rebotan en el piso […]