Aroma De Vuelta A Casa
La tarde escuece como la piel de Fermín, curtida por el sol implacable mientras el machete abre camino entre la maleza del cafetal.
Una colección cronológica de relatos escritos por autores emergentes de América Latina. Narrativa contemporánea, organizada por fecha.
La tarde escuece como la piel de Fermín, curtida por el sol implacable mientras el machete abre camino entre la maleza del cafetal.
Mientras podaba las ligustrinas bajo el sol agobiante de diciembre, rompí por descuido uno de los doscientos duendes que custodian el jardín de doña Elisa. Ella, colérica, me echó sin pagarme un centavo.
Cuando era niño, mi madre me enseñó a enhebrar una aguja. La clave, dijo, era mojar un poco el hilo y no tener prisa.
1. Qué raro que no han venido a buscarme. 2. Estoy segura de que hay puertas si extiendo la mano.
Se escuchan las almas de niños muertos. Iniciaron con cuchicheos tímidos en el cuarto vacío de la abuela hasta tomar la casa con sus carcajadas, gritos y cantos.
Despertó con la imagen de la mujer; su rostro impávido, libre de remordimiento, su cuerpo meciéndose ligeramente con las manos unidas en la espalda.
La Señorita Herminia murió hace poco. La encontraron acostada, con la radio encendida y una taza de té intacta sobre la bandeja.
El mar estaba particularmente salado esta mañana. Tal vez por los restos de la fiesta de anoche, o quizás era la marca genérica de cigarrillos que había comprado...
A diferencia de otras personas, el zumbido del tráfico lo calmaba, lo tranquilizaba, desplazaba de su cabeza otros pensamientos