LIBRE CAÍDA
La sangre fría crea una laguna en la calle. En ella se ve el reflejo de las nubes pasar de oeste a este, no hace falta ver al cielo para saber que es un amanecer oscuro.
Una colección cronológica de relatos escritos por autores emergentes de América Latina. Narrativa contemporánea, organizada por fecha.
La sangre fría crea una laguna en la calle. En ella se ve el reflejo de las nubes pasar de oeste a este, no hace falta ver al cielo para saber que es un amanecer oscuro.
Tengo los pantalones mojados, gotean de las rodillas para abajo. La señora que está sentada al lado, en el cincuenta y tres, trata de alejarse lo máximo posible de mí.
Hace trescientos años, un grupo de poetas, astrofísicos y curanderos cumaneses se congregaron en las faldas del cerro Quetepe para fundar la Oficina de Correcciones Divinas.
–Taxi, caballero; -¿Cuánto me cobra hasta el tercer piso, maestro?
El viejo llevaba años empeñado en fruncir el ceño como si ese gesto fuera su última herencia.
Nadie nota mi olor. Son vomitados por el ascensor y se mueven como ratoncitos por los pasillos hasta llegar a sus escritorios.
Y piensa por primera vez en mediar entre ambos, se asombra de este pensamiento y lo anega trayéndole el café a la cama.
Solo cinco familias de pescadores dieron vida a El Agüero; por ello, el caserío resultaba como un clan que había hallado refugio junto a la desembocadura de uno de esos ríos que nacen en el valle y se disparan a hacia el norte para medir las profundidades del golfo.
Desamparado y gruñendo dormido, estiró los brazos y busco un cuerpo al cual prenderse.
Teflón me hizo pasar sin grandes aspavientos. Me ofreció un cigarro a medias y, aunque no fumaba mucho, acepté, dándole una buena calada como quien escribe la última línea de una tésis en una sola noche.