El Aprendiz De Brujo
I Llevábamos varias semanas sin vernos, y lo cierto es que encontré a Raoul muy desmejorado: había perdido muchísimo peso, tenía la piel estragada, los pómulos salientes y en sus ojos un brillo febril. Su antes templada voz de barítono sonaba ahora cavernosa y hueca, como si tuviera la boca llena de algodón en rama; […]