Y BEBIERON FELICES PARA SIEMPRE
1 Al igual que los perros, he agarrado la costumbre de orinar las paredes de los apartamentos donde vivo (“cardo ni oruga cultivo”, rimaba el vate Martí), marcando mi territorio con ese hedor amarillento que varía en concordancia con los líquidos que he ingerido: la cerveza negra tiñe las canas de mis micciones y produce […]